Abri los ojos.
Pero no habia nada mas que oscuridad y leves figuras de colores parpadeando ante mis ojos. Estaba vendado.
El dulce y metalico olor de la sangre flotaba en el ambiente. Las muñecas me ardian alli donde la cuerda habia cortado la carne. Tirado en el piso, sangrando quizas de cuantas heridas me pregunte como habia llegado hasta alli, el frio suelo en el que me encontraa apestaba a orin, sangre… y cosas mucho mas horribles en las cuales no queria ni pensar. De forma ironica me pregunte cuantos hombres se habian acostado en sus comodas camas para despertar en esta fria habitación. La habitación de la muerte. El aire enrarecido por los densos olores que habitaban alli parecia estar cargado por las suplicas y alaridos de hombres muertos hacia mucho tiempo. Asesinados, ahora sus cuerpos pudriendose en alguna zanja desconocida, sus familias preguntandose donde diablos estarian.
“Oh, mi hija” pense con horror. Y asi de facil, cedi al panico.
Trate de zafarme de las crueles amarras, pero todo fue en vano, lo unico que logre fue hacerme mas daño en mis ya maltratadas muñecas.
Llore, como un maldito bebe al que le niegan su comida, llore hasta que la garganta me ardio y la saliva paso como fuego a traves de ella, y después llore un poco mas.
La verdad es que nadie sabe de que pasta estas hecho hasta que le llega el momento final, siempre me gusto alardear de ser un tipo duro, pero ahora sabia la verdad. Solo un marica lloron y.. ups parece que me hice en los pantalones, mama. Lo siento mucho.
Trate de recobrar el aplomo. Ya estaba muerto, eso lo sabia, pero morir con dignidad, eso era algo muy distinto.
Mientras trataba de recuperarme y dejar de gimotear, lo escuche.
Pasos en la oscuridad, posiblemente botas. Se acercaban y a cada paso que daba aquel extraño homicida mi corazon latia mas deprisa, como tratando de aprovechar al maximo sus ultimos latidos, sabiendo la verdad.
El chirrido de una puerta. Ya estaba alli.
“miren quien esta despierto” Su voz, fria y de algun modo extraño, risueña. “y mira que asco estas hecho” Una risita, como ratas correteando sobre un cadáver “ Te has hecho pis”
Si crei tener miedo antes, estuve equivocado, la manera de burlarse del extraño, su voz risueña, sin embargo fria como el hielo, infundieron en mi un miedo mucho mas grande que el miedo a morir. Entendi que habia cosas que eran mucho peores que morir.
El extraño se acerco y me quito la venda de los ojos. La luz se clavo en mi ojos dejandome ciego por algunos momentos. La verdad es que no queria ver.
Abri los ojos de todos modos.
La habitación era pequeña, apenas un miserable cuadrado de 6 x 6, quizas mas. La increíble cantidad de inmundicia que cubria las paredes y el piso ayudaba a que pareciera mas pequeña. Enormes manchas marrones (¡sangre!) cubrian alli donde mirara, otras, amarillentas, que no queria ni pensar en que eran.
Entonces lo vi a el. Alto, vestido con un tipico atuendo de ranchero, camisa a cuadros y vaqueros, tocado con botas polvorientas. En su camisa ostentaba multiples chapitas: una cara sonriente, el signo de la paz, otra con las letras CK sobre un fondo morado y un extraño dibujo de un ojo negro sobre un fondo blanco.
Sus ojos eran azules, pero extraños, como desteñidos por cientos de miles de dias de sol desertico. Una sonrisa de dientes asombrosamente blancos cruzaba su cara.
Era cualquier cosa menos el monstruo que me esperaba.
El extraño se acerco y me desato, y con las cuerdas se fueron todos mis pensamientos de muerte y terror. Estaba salvado. El extraño de alguna forma me habia encontrado y me estaba rescatando.
Me tendio su mano.
Y un segundo antes de tocarlo, lo vi. La palma de su mano era lisa, completamente lisa, ninguna linea de la vida la cruzaba, nada. Mire por segunda ves a su rostro, y vi como sus ojos cambiaron del azul desteñido al naranjo del fuego, como si algo ardiera dentro de su cabeza. Asi mismo, su sonrisa cambio, sus dientes parecieron muy largos y afilados, sonrisa de caníbal.
Trate de alejarme como pude, pero el esfuerzo fue en vano, este hombre, este demonio se encontraba entre yo y mi unica salida.
El extraño sonreia cuando se acerco a mi, senti el calor que irradiaba su cuerpo, como el calor de un horno industrial, los vellos de mis brazos se chamuscaron cuando se acerco para tocarme. Un enorme cuchillo centelleo, salido de la nada, y se hundio una, dos, tres veces en mi abdomen. Lo ultimo q vi fueron aquellos ojos rojos, brillando mientras todas las luces a su alrededor se apagaban.
miércoles, 20 de febrero de 2008
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