domingo, 23 de agosto de 2009
Tiempo atras
Despiertas, solo en tu casa, solo en tu cama, casi esperando encontrarla al lado tuyo, observandote, siempre observandote con aquellos enormes ojos suyos, verdes como la mas tierna brizna de hierba, luminosos en la oscuridad de la habitación, vives, mueres y vuelves a vivir dentro de ellos. Te giras, y es tanto el deseo, que sientes su mano cerrandose en torno a la tuya de forma cariñosa, sus labios susurrandote al oido que todo esta bien. Que todo esta bien y que todas las cosas terminaran bien. Sientas que la alegria te colma y crees sus palabras, pero nada esta bien, solo es un sueño. Y ya no ves aquellos ojos cuando despiertas en la noche, siempre mirandote, como si hubiese pasado la noche entera solo viendote dormir. Ya no sientes su mano alrededor de la tuya ni sus cariñosos susurros. Pronto hasta su rostro pierde fuerza en tu mente, sus rasgos se empiezan a desdibujar y olvidas el saludable color rosado de sus labios. Te quedas en tu cama, mirando el techo, ya no puedes dormir y lo unico que haces es verla en tu cabeza, su rostro difuso pero sus ojos todavía claros en tu mente, mirandote con cariño. Siempre mirandote, como si fueras la ultima persona en el planeta. Quieres hacerla reir otra ves, conversar con ella, acariciar su rostro y besar sus labios. Pero ya todo se acabo, asi que te quedas en tu cama el resto de la noche y revives los buenos momentos una y otra ves, hasta que se desgastan, y todo parece ser una mala copia de algo que ya ni recuerdas, hasta que lo unico que queda de ella es su rostro difuso en la oscuridad de tu mente. Solo un recuerdo, solo un hombre aferrandose a un amor moribundo, tratando de luchar contra inexorable paso del tiempo, el maldito tiempo que borra todas las cosas y pierde todos los detalles.
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